miércoles, 25 de enero de 2012

TURBULENCIAS (Relatos 23)


Voy al trabajo y una sonrisa confusa se extiende en mi cara, la vida arroja sorpresas que nos hace amarla cada día más.
En los doce años que llevamos casados, Irene ha sido un contrapunto a mi natural precipitado,inquieto y activo, proporcionándome calma quietud y placidez de modo que mis llegadas a casa eran sumergirse en un remanso de paz.
Irene trabaja desde hace dos meses en un bufete de abogados y por una causa u otra se ve obligada a trabajar hasta muy tarde, de modo que llega a casa agotada y tras cenar se marcha a la cama de tal modo que cuando, tras retirar y revisar todo, llego al dormitorio duerme profundamente estando sus ropas desparramadas por el cuarto de baño.
Anoche tras recoger sus ropas y ver que está renovando su lencería la encontré, como últimamente, dormida de cara a su lado; yo también caí cansado, había tenido un día agitado en el trabajo.
Entre sueños percibí que se aproximaban a mi espalda, era el cuerpo de Irene que se ajustaba a mí y suavemente comenzaba a acariciarme. Sin mediar palabra, se subió a horcajadas sobre mí y sentí su calor húmedo, a la vez que albergaba mi miembro en ella; instantáneamente me desperté como un centinela.
Inició un balanceo hacia adelante y atrás a la vez que me insertaba en su placer. Sus pechos liberados de ataduras quedaban a la altura de mi boca y mis manos comenzaron a amasarlos intentando hacer uno el ritmo de mis caricias con su lento trotar.
Poco a poco el suave trote fue convirtiéndose en un galopar rítmico y exigente, mis labios buscaban con avidez sus duras y rojas cerezas.
Para cuando empecé a sentir el fuerte rugir de nuestras respiraciones mi boca ocultaba y mordisqueaba la suya a la vez que mis manos no soltaban sus pechos.
El ruido entrecortado surgió de algún sitio entre nosotros y fue “in crescendo” hasta convertirse en una explosión de gritos, jadeos, llantos y suspiros.
Su mirada comenzó a enfocar de nuevo y yo me vi, pequeño y acalorado bajo ella.
Antes de que pudiésemos decir algo el estridente sonido del despertador nos sacó de nuestro ensimismamiento para devolvernos a nuestra realidad.
El afeitado, la ducha, hacer la cama corriendo, tomar un café y salir pitando todo fue uno.
Esta noche, cuando llegue a casa, hablaremos...

Los airados e insistentes toques de claxon tras de mí me arrojan a la cara que el semáforo ya está en verde.

jueves, 19 de enero de 2012

BASTILLA-TANGO – J.François Vilar (Reseñas 28)


En los años 80 del siglo XX, en que las convulsiones políticas en Latinoamérica se mezclan con la demolición del antiguo París- en una maniobra de especulación urbanística mezclada con una “recuperación para reconstruir” lugares de indudable atractivo histórico- Jean François Vilar nos acerca a una historia que oscila entre la paranoia, la realidad y un imaginario porteño que recorre los alrededores de la zona de la Bastilla.
Víctor, un fotógrafo “free-lance” que mantiene una relación con una mujer argentina- Jessica- nos va contando los sucesos en que se ve inmerso como consecuencia de la apertura del juicio, en la República Argentina por el gobierno de Raúl Alfonsín, a los imputados por torturas cometidas en los tiempos de la Junta Militar.
A partir del Informe Sábato y a instancias de las Madres de Mayo y familiares de “desaparecidos”, se va a abrir el juicio y se espera que regresen de París una serie de afectados a declarar contra sus verdugos.
En un ambiente- excelentemente contado por Vilar- cerrado, de “ghetto político”, de retroalimentación de los inmigrantes con sus costumbres, su arte, sus pintadas, sus fiestas; la historia que el autor va desgranando es densa, celosa de adelantarse a los hechos, con un ritmo y un tempo medidos, como en un tango en que la conjunción y el sentimiento están por encima de la música que suena alrededor.

El lector, al finalizar la lectura, piensa que ha sido todo un sueño o que no ha logrado dormir plácidamente desde que inició el relato.

sábado, 14 de enero de 2012

LOS TONTOS DEL PUEBLO ESTÁN DE NUESTRO LADO - Ross Thomas (Reseñas 27)


Con un título sacado del “Huckleberry Finn” de Mark Twain, Thomas nos narra a través de una increíble y vitriólica historia el desarrollo, con creces, de la expresión “antes de mejorar, todo ha de empeorar” en una ciudad de la costa sureña de Estados Unidos.
La historia de Lucifer Dye extraída, con alguna menos delicadeza que Twain y bastante más mordacidad que Dickens, de cualquiera de los cuentos de nuestra infancia se convierte en el hilo conductor de una novela picaresca del siglo XXI aunque escrita en el siglo anterior.
Preparar unas elecciones en la ciudad, convirtiéndola previamente en una comunidad moderna  pero controlada, es la historia que el autor describe con fluidez.
 Por la novela desfilan todas las fuerzas vivas que es posible hallar en el planeta: servicios secretos, ejércitos de liberación, banqueros, dueños de periódicos, médicos, policías, alcaldes, empresarios, gángsteres, prostitutas, pastores, periodistas, mitómanos- quizá los más peligrosos de todas las versiones existentes-, militares, tramposos de toda la laya; todos con el objetivo común del dinero y, consecuentemente, el poder como fin, el cual siendo perceptible resulta en determinados momentos de la trama complicado de descubrir.
Una novela, diría que muy inteligente, desenfadada, corrosiva y que una vez iniciada, con estupenda construcción en la que los “flash-back” aderezan el ahora, se lee con avidez.