En los años 80 del siglo XX, en que las convulsiones políticas en Latinoamérica se mezclan con la demolición del antiguo París- en una maniobra de especulación urbanística mezclada con una “recuperación para reconstruir” lugares de indudable atractivo histórico- Jean François Vilar nos acerca a una historia que oscila entre la paranoia, la realidad y un imaginario porteño que recorre los alrededores de la zona de la Bastilla.
Víctor, un fotógrafo “free-lance” que mantiene una relación con una mujer argentina- Jessica- nos va contando los sucesos en que se ve inmerso como consecuencia de la apertura del juicio, en la República Argentina por el gobierno de Raúl Alfonsín, a los imputados por torturas cometidas en los tiempos de la Junta Militar.
A partir del Informe Sábato y a instancias de las Madres de Mayo y familiares de “desaparecidos”, se va a abrir el juicio y se espera que regresen de París una serie de afectados a declarar contra sus verdugos.
En un ambiente- excelentemente contado por Vilar- cerrado, de “ghetto político”, de retroalimentación de los inmigrantes con sus costumbres, su arte, sus pintadas, sus fiestas; la historia que el autor va desgranando es densa, celosa de adelantarse a los hechos, con un ritmo y un tempo medidos, como en un tango en que la conjunción y el sentimiento están por encima de la música que suena alrededor.
El lector, al finalizar la lectura, piensa que ha sido todo un sueño o que no ha logrado dormir plácidamente desde que inició el relato.
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