miércoles, 25 de agosto de 2010

DE LIBROS Y TEBEOS (Ensayo-2)

Hace tiempo, se usaba una expresión: "dónde hoy hay un tebeo, mañana habrá un libro"; lo cual se podía entender como un eslogan para leer...en realidad escondía una visión del tebeo como un inicio del camino, desde la infancia, hacia lo que era el ascenso a la cultura literaria adulta.
Los años han ido pasando, el "tebeo" ha ido mejorando su grafismo y su contenido en su ascenso a su consideración como noveno arte. En ese recorrido la infancia perdió el tebeo, hoy son contados los cómics o tebeos para niños que puedan iniciarlos, desarrollarlos y estimularlos hacia el proceloso mundo de la lectura.
Pero ha sucedido un fenómeno inverso, el libro se ha "tebeizado" y los adultos al leer ese tipo de libro han sufrido una regresión y siguen leyendo tebeos.
¿Qué es el "libro tebeizado", cómo distinguirlo? Se identifica por unas portadas o título atractivo, por un conjunto de ideas deshilvanadas, por cuatro "guiños" simpáticos, afirmaciones de "pero grullo";  todo ello envuelto en un "tocho" de tropecientas páginas en donde la historia naufraga y en unos balbuceos en donde la comunicación lector-autor se sumerge en una nada con sifón ; "la historia", sin duda tendrá su "misterio" incorporado, sus escenitas románticas o de sexo- según el caso-; unas veces un discurso políticamente correcto, otras unos transcendentales mensajes de filosofía de "licuadora" ...y al final hemos leído un libro "muy bonito, con mucho mensaje", pero ramplón e  impostado a más no poder.
No digo que hay que leer a Nietzche, Zola, Cela, Saramago o Chandler  por poner ejemplos de autores que dicen "algo", estoy hablando del esfuerzo necesario para aprender y pasar un rato agradable con un libro o "e-book" en la mano;  pero que como toda comunicación humana exige el esfuerzo de intentar saber qué dice el otro.

2 comentarios:

  1. Comentario 1/3

    En cuanto, a tu reflexión Ensayo sobre libros y tebeos, suscribo al ciento uno por ciento cuanto afirmas.
    1. De niño, fui furibundo seguidor de casi todos los comics clásicos españoles ─incluso coleccioné varios de ellos─, aunque entonces sólo eran tebeos que es un término mucho menos importante. Con la adolescencia llegaron los libros y el cine y aquellos dejaron de interesarme. Algo así como si se hubiera tratado de una superable ─y maravillosa─ enfermedad infantil.

    2. No he conseguido reconstruir mi afición con el género adulto y juro que lo he intentado unas cuantas veces. Tampoco demasiadas, si he de ser sincero.

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  2. Comentario 2/3


    1. Los libros actuales se han tebeizado por razones comerciales absolutamente legítimas, en mi opinión. En España, especialmente, donde la madurez es una maldición y el síndrome de Peter Pan adquiere los caracteres de pandemia y es obligatorio frivolizar y rebajar los grados con gaseosa simplista toda la complejidad de las relaciones humanas. Una imagen –a ser posible retocada con Photoshop─ vale más que todas las palabras del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.

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