martes, 21 de diciembre de 2010

PEPE (Relatos 6 )

 Pepe estaba de vacaciones y acompañó a su madre al horno, esos días se hacían largos, pesados y aburridos. Las mujeres del barrio traían sus canastas con los avíos: azúcar, matalahuga, almendras, limones, cidra, obleas y miel; allí tomaban la vez para seguir las instrucciones que la hornera les daba: así una molía la almendra, otra amasaba, otra preparaba los envoltorios y todo era una barahúnda en la enorme nave en cuyo fondo estaba el horno; horno que había servido durante la noche para cocer el pan y que ahora se usaba para hornear dulces.
Una vez terminada la preparación, su madre se iba a casa ; eran días de mucho trabajo y Pepe, que tenía ya ocho años, quedaba encargado de estar pendiente del turno y avisar cuando las bandejas habían entrado en el horno. Allí al calor y al olor de tanto aroma mezclado Pepe se aburría, pero se estaba mejor que al frío de la calle.
A media tarde, cansados, contentos y con la ayuda de algún amigo volvían a casa con una canasta llena de mantecados, roscos, alfajores, gusanillos y empanadillas.
Por las mañanas Pepe y su hermana eran despertados por su madre quien irrumpía en la habitación con una bandeja de mantecados y roscos, que acompañados de una diminuta copa de anís“La Pastira”, les endulzaba el nuevo día. La bandeja pasaba a presidir la mesa del salón junto a dos copas limpias y sendas botellas de anís y coñac; eran “las pascuas” de las visitas.
El frío era intenso y él no salía sin sus guantes de lana, su bufanda y su abrigo, su madre siempre le decía “vas muy desabrigado”; aunque toda la indumentaria era para cruzar la calle para ir a casa de sus abuelos.
Un día fue despertado por una cantinela que la radio arrojaba sin cesar : “treinta y dos mil, cuatrocientos veintiuno...veinticinco mil pesetas...” era un sonido que acompañaba a todo el mundo allá por donde iba: en el bar, en la sastrería, en la barbería , en el mercado...una plegaria continuada en la búsqueda infructuosa de “salir de pobres” como todo el mundo ansiaba.
Por la tarde el comentario común giraba alrededor de que lo importante era la salud; Pepe no tenía muy claro lo que querían decir pero no se parecía a lo que la radio refería “millones en Soria, Talavera de la Reina y Albacete...o muy repartido ”. Las portadas de los periódicos del día siguiente mostraban, con grandes titulares y a toda página, gente con participaciones de lotería bebiendo champán y riendo de oreja a oreja.
Al atardecer se juntaba con Paco, Alfonso, Ángel y Agustín e iban a casa de sus familiares con las zambombas, panderetas, carracas y chinchines a cantar:

“ Si no me das el aguinaldo
al niño le voy a pedir,
que te dé un dolor de muelas
que no te deje dormir.
Al kirikikí
al kirikicuando
de aquí no me voy
sin el aguinaldo”

Les invitaban a entrar en la casa y con un mantecado y una copita de anís o coñac se iban con la música a otra parte.

Mañana 24, por la noche, Pepe, su hermana y sus padres irán a casa de sus abuelos maternos, allí se encontrarán con sus tíos y primos para cenar todos; más tarde vendrán sus otros tíos y primos,. Mientras los mayores se van a la Misa del Gallo, ellos cantarán al enorme, completo y bonito Belén que su tía Elisa construyó, comerán mantecados, turrón, peladillas y jugarán a “las tinieblas” hasta que sus padres vengan a recogerlos para irse a casa. Los más pequeños a esa hora estarán durmiendo y volverán en los brazos de sus padres.



                                                         ¡¡¡ FELIZ  NAVIDAD !!!




sábado, 18 de diciembre de 2010

LA CITA (Relatos - 5)

El salón aparecía repleto de gente en traje de gala, el ruido era tenue, un murmullo hacía de sonido ambiente, era como una oración acompasada y continua, sin estridencias ni silencios.
Los había de pie y sentados, estos últimos distribuidos por las mesas, que situadas junto a las paredes del local permitían, a quien se lo propusiese, ocupar el centro para bailar.
Me coloqué de tal modo que podía observar cualquier persona que entrase a la fiesta, sería el primero en ver llegar a quien esperaba.
Al fondo a la izquierda de la puerta de acceso, oculta con cortinas rojas, se podía ver un estrado sobre el que un grupo formado por: un saxo, un bajo, un trompeta ,un trombón y un batería, interpretaban temas de Gershwin y otros creadores de “swing” pero el sonido era acolchado y apenas sobresalía por encima de las “oraciones” de los asistentes.

A la derecha de la puerta estaba dispuesto un mostrador tras el cual camareros vestidos con chalecos de fiesta, pajarita y camisa blanca atendían los requerimientos sin un parpadeo. Una enorme estantería respaldaba el frontal del bar en donde diversas botellas mostraban un decorado multicolor.
Los grupos de personas no mostraban el mayor interés por la música y la pista estaba invadida por grupos y parejas que vestidos de fiesta conversaban entre sí. En algún momento, por el andar o los movimientos me parecía identificar a alguien; pero su rostro no me decía nada ni sus rasgos me recordaban a nadie que hubiese visto nunca.
La enorme araña central descargaba un torrente de iluminación sobre todo su alrededor con multitud de bombillas encendidas.
No era mucha la gente que excedía la cuarentena y, mirando con atención, era elevado el grupo de quienes habían sobrepasado la tercera parte de la vida; sólo existía el contrapunto de tres o cuatro jóvenes que deambulaban siendo ignorados por el resto; aunque no era fácil detectar corrientes de aceptación o rechazo por parte de unos seres que parecían “colocados” en una suerte de escenario.
Sin solución de continuidad el decorado se fue transformando: la luz se fue haciendo menos brillante como consecuencia de la conversión de bombillas en bujías ; los asistentes fueron adquiriendo un aspecto aun más envarado y su indumentaria iba siendo sustituida por polisones, casacas y pelucas; el estrado había sido ocupado por un piano, violines y chelos; el bar desapareció engullido por unas cortinas que, descendiendo del techo, se adelantaban y ocultaban un pequeño escenario.
Mientras percibía todo ello el silencio se fue imponiendo sobre el leve ruido de conversaciones y contemplé como mi dama, aquella a quien llevaba esperando aparecía en al sala.
Nunca la había visto, pero intuí que era ella, su porte y el hecho de que todo el auditorio enmudeció a su aparición confirmaron mi sospecha.
Avanzaba hacia mí y todos fueron abriendo un ancho pasillo por el que se deslizaba mas que andaba y su presencia iba ocupando todo el espacio.
Me incorporé y lenta, pero firmemente caminé hacia ella, sus ojos refulgían y eclipsaban las luces que la lámpara emitía; su vestidura, negra hasta los pies, resaltaba sus formas y aproximándome a ella la tomé de la cintura y comenzamos a girar a la vez que desaparecía todo a nuestro alrededor.
La orquesta inició el primer movimiento del “Requiem” de Mozart.



miércoles, 15 de diciembre de 2010

JAMÁS CONQUISTAREMOS BERLÍN (a Enrique Morente, In memoriam) - Sergio Coello

Música de esquina
   Era el más joven de los viejos y el más viejo de los jóvenes. Nadie cantó como él las malagueñas de don Antonio Chacón, Baldomero Pacheco y Concha la Peñaranda. Tampoco era gitano  ─bueno, sí, gitano-cónyuge, que quizá sea un grado superior de esa especie de reserva  racial y excluyente─ pero nadie como él supo recrear aquella soleá de Tomás Pavón sobre la piedra, la profundidad del mar y la pérdida y recuperación del centro del alma.
      Que los gitanos son una raza superior a la hora trágica o festera del cante es una cosa que desde siempre ha venido desmintiendo la realidad. La realidad tozuda y las voces geniales del propio Chacón, Pepe Marchena, Juan Varea, Valderrama; Carmen Linares, Mayte Martín y Miguel Poveda. El caso es que ha muerto el cantaor Enrique Morente cuando aún no le tocaba ─como les ha sucedido a tantos─ y la campana del duende se ha quedado un poco muda; como sonada, en el peor de los sentidos. Igual que un boxeador después de un golpe bajo; uno de esos puñetazos con los que ganan campeonatos los púgiles tramposos. La muerte siempre ha sido un poco fullera, felona y traidora. Ataca por la espalda a todo el mundo si exceptuamos a los suicidas, que le toman la delantera en uno de sus descuidos. Claro que quién es uno para pedirle juego limpio a la muerte como si esa fulana esquelética y segadora fuera un caballero con estudios de Oxford y el estilo de Lord Jim, paseando su heroica elegancia por la cubierta de un velero a merced de la ola de cobardismo que nos invade.
      Enrique, que nació en Granada y ha muerto en Madrid, era eso que en el flamenco pueden serlo muy pocos, clásico y vanguardista. Todo a la vez. Conviene decirlo, precisamente, en estos tiempos en los que por tierra, mar y aire se llega a la vanguardia desde la nada, la ignorancia o la copia descarada. En esto tan especial del flamenco, ya digo, Morente no fue nunca un paseante listillo de esos que se conocen todos los atajos, sino un corredor de fondo. En Granada aprendió a dar sus primeros pasos de la mano de Manuel Celestino Cobos, Cobitos de Granada, uno de los mejores, al que el sectarismo y el desconocimiento ─al alimón─ han arrinconado en el desván de la desmemoria. Luego llegaron las lecciones magistrales de Aurelio de Cádiz y Pepe el de la Matrona y ─sin duda, la suerte es para quien la merece─ su mágico acceso al tablao Zambra para compartir madrugadas con Rafael Romero El Gallina, Pericón de Cádiz, Juan Varea y Manolo Vargas. De ellos aprendió lo mejor y casi ninguno de sus defectos. Enrique Morente se ponía a cantar por tarantos de Almería, por ejemplo, y resulta que la voz se le tiznaba, ya desde los primeros ayeos, porque el carbón acudía puntualmente a la cita con su arte para oscurecer lo justo esa luminosidad de una garganta privilegiada ─limpia y ronca a un tiempo─ que siempre te dejaba el corazón a media luz y como entre dos aguas. Le he oído cantar en el Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares, mientras Edipo Rey se arrancaba los ojos para no ver su trágica existencia; le he escuchado cantar todos los palos en esa capilla sixtina del cante que es el aula Magna del Colegio Oficial de Médicos de Madrid y se me ha puesto la carne de gallina en el Teatro Albéniz con sus tonás dolorosamente añejas. 
   Muchos descubrieron a Morente cuando se atrevió a poner quejío flamenco a las guitarras eléctricas de Lagartija Nick y los versos inmortales de Leonard Cohen ─“Primero tomaremos Manhattan, después conquistaremos Berlín”─ con los que él empezaba su versión de la vieja historia del mundo. Yo sabía que esa cima era otra meta volante más. El cantaor granadino llevaba ya muchos kilómetros a cuestas, pedaleando sonidos negros en sus escaladas anteriores; tangos para los poemas de San Juan de la Cruz, peteneras para los de Miguel Hernández, medias granaínas para los de García Lorca y soleares para los de José Hierro. 
     Como dice esa famosa canción de Cohen, Morente caminaba guiado por una señal del cielo y con la belleza de su arte en la mano como única arma. Hace muchos años que había tomado Manhattan, acompañado a la guitarra por el mismísimo Sabicas. Nosotros, en cambio, jamás conquistaremos Berlín.




domingo, 12 de diciembre de 2010

TODO LO QUE SÉ SOBRE NOVELA NEGRA - P.D. James (Reseñas 15)

 Acabo de leer lo último publicado de P.D.James, y me siento engañado; de entrada el título "Todo lo que sé sobre novela negra", es la "libre traducción" de: "Talking about Detective Fiction"
    Dado que no hay demasiados ensayos sobre el género y proceder este de "La Dama del Crimen" me inclinó a comprarlo y leerlo para recoger una opinión, autorizada, que sirviese de guia para caminar por las hoy abundantes y procelosas aguas del género.
    Mi primera sorpresa se produce en el prólogo: es un encargo del departamento editorial de una biblioteca y el tema "literatura detectivesca británica" ha sido el norte y guía del trabajo.
    Por tanto la novela enigma y, fundamentalmente, la de la "Edad Dorada" (1920-1934) es el tema que sirve de hilo conductor a James para desarrollar un libro en dónde no se dice nada nuevo que Symons no dijese en "Bloody Murder" allá por 1972 y dedica gran parte del libro a estudiar, eso sí, con bastante interés la novelística de: Agatha Christie, Dorothy L. Sayers, Margery Allingam y Ngaio Marsh. Lógicamente Arthur Conan Doyle, G.K.Chesterton, Edmund Crispin y alguno más son objeto de sus referencias.
    Para "La Dama del Crimen" la novela negra norteamericana son: Hammett, Chandler y Mc Donald; lo cual es mucho ya que no es tema de su ensayo.
    De pasada se refiere a Rankin y a Sansom...y a alguno más.
    En resumidas cuentas, un libro para olvidar.
   

jueves, 9 de diciembre de 2010

LA LUNA DE LOS ASESINOS - Donald E. Westlake (Reseñas 14)

Parker es un ladrón y asesino frío, y tiene algunos fracasos en su carrera, pero es inteligente, calculador, amigo de sus amigos, correoso, terco y cuando “muerde” no abre la boca fácilmente.

Richard Stark, uno de los pseudónimos de Westlake, dió vida a Parker en varias novelas , y John Boorman utilizó a un sobrio y frío Lee Marvin en su película “A Quemarropa” (1967) para encarnarlo en la pantalla.

En esta ocasión Parker regresa, tras unas “vacaciones a cuenta del gobierno”, a un pueblo tranquilo del medio oeste ,Tyler, que se encuentra en vísperas de elecciones; “pueblo tranquilo” quiere decir que todo está instituido: el control de “los negocios” por los próceres del lugar, la corrupción como medio de conseguir los fines y la policía sometida.
Pero en Tyler tienen la desgracia de que Parker escondiese su botín allí y se haya “perdido”. La “armonía” se rompe como consecuencia de que el protagonista y su amigo Gronfield están interesados en recuperar aquello que “ no debió desaparecer”.

Con un estilo “hard boiled”, sin dar un respiro al lector, se desata una guerra cruenta entre Parker y sus amigos , por un lado, contra la organización mafiosa que controla el pueblo, en busca de aquello que nuestro protagonista considera legítimamente suyo; el huracán que pasa sobre el pueblo se salda con una resolución final impredecible que, al no poder dejar la novela, nos deja exhaustos.
.
Con un humor, común a todas su obra, sarcástico y muy divertido, Westlake nos hace disfrutar de un rato excelente de lectura que hace que esta novela, de extensión convencional, se convierta en muy recomendable.
Una muestra mas de que “lo bueno si breve,doblemente bueno”



lunes, 6 de diciembre de 2010

LA ESTRELLA SOLITARIA (Ensayo - 8 )

La "Década Prodigiosa" se despide con la desaparición de tres de sus mitos: Brian Jones (03-07-69), Jimi Hendrix (18-09-70), Janis Joplin (04-10-70).

En la noche del 3 al 4 de Octubre de 1.970 en el hotel Landmark de Hollywood, a los 27 años, muere Janis Joplin de una sobredosis de drogas. Desconoce que de su tercer y último album “Pearl” va a situar otro single “Me and Bobby Mc-Gee” en el nº 1 de las listas de Billboard, ello ya no le importa en absoluto.

Transcurridos más de 40 años sus discos siguen siendo imprescindibles para todos aquellos que no tuvieron la oportunidad de verla en vida, o de oir a aquella mujer que fue llamada la Reina del Blues Blanco.

Janis Joplin simbolizó la soledad del individuo de una manera agónica, pidió cariño y compañía y sólo halló retazos de lo uno y ausencia de lo segundo.

Nace en Port Arthur (Texas) el 19 de Agosto de 1.943 en una familia acomodada y ya desde su infancia empieza a amar el folk y el blues a través de las canciones de Headbelly y Bessie Smith.

En 1.960 deja casa y familia para ir a California en busca de un éxito que ella ve fácil por su capacidad musical. Necesita obtener dinero para el viaje, para ello actua en clubs de Austin y Houston con el trio “The Waller Creek Boys”. Cuando llega a San Francisco empieza a ser conocida por su versatilidad interpretativa, ella es capaz de cantar en una gama de tres octavas.

Pero California es dura, hay mucha competencia y el éxito se le muestra esquivo. Janis abandona el ambiente de hippismo y drogas en que está sumida y regresa a Port Arthur dispuesta a ser “una buena chica”. Se inscribe en la escuela superior y contrae matrimonio, pero ello no le impide seguir haciendo planes en pos del éxito.
No puede aguantar el clima que le envuelve y rompe su matrimonio, deja Texas y marcha otra vez a California donde inicia de nuevo un éxodo en busca de la fama.

En el año 1.967 John Phillips lider de Mama´s and the Papa´s organiza un festival para promocionar a gente de su entorno y consolidar el movimiento hippie. Los días 6 y 7 de Junio se celebra el festival de Monterrey, donde Janis Joplin deja su impronta y es catapultada a la fama.

Su primer LP “Cheap Thrills” aparece en 1.968, es grabado con The Big Brothers and the Hadling Company, su portada la dibuja Robert Crumb leyenda del cómic underground. Este disco llega al nº 1 y marca la salida de Janis Joplin de dicha formación para cantar en solitario.

Su primer LP en solitario “I got dem ol´Kozmic blues again mama!” lo graba en 1.969 y se hace acompañar instrumentalmente por Kozmic Blues Band nombre que ella misma da al grupo que le apoyó instrumentalmente.

A lo largo de 1.970 se produce su eclosión como cantante con sus mejores actuaciones en conciertos y, a la vez, vive al segundo sumergida en un abismo de alcohol y drogas. Es en esta situación cuando graba su tercer album “Pearl”, que no puede completar, y es editado después de su muerte.

A partir del fatal 4 de Octubre comienza su leyenda y se hacen ediciones de sus actuaciones en vivo; su trayectoria también inspira una película interpretada por Bette Midler llamada “La Rosa”.

En sus temas “Down on me”, “All is loneliness”, “I need a man to love”, “Piece of my heart”, “Ball and chain”, “Little girl blue”, “Cry baby”, A woman left lonely”, “Trust me”, “Get It while you can”, Janis da rienda suelta a su dolor, a su soledad, al sentimiento insoportable de no haber sido amada nunca.


A una amiga le pregunta “¿Has sido amada alguna vez?”; “Yo no, y querría ser amada en el escenario por 25.000 personas en un concierto...”

Siéntate, oh cuenta tus dedos.
¿Qué más, qué más se puede hacer?.
Oh, cariño, sé como te sientes, sé que sientes.
Que estás acabada, oh wah, wah, wah.
Siéntate y cuenta, oh cuenta tus pequeños dedos.
Mi desdichada, oh pequeña chica, pequeña chica triste.”

                                                                                    (Little girl blue, 1.969)


jueves, 2 de diciembre de 2010

COMEDIA INFANTIL - Henning Mankell (Reseñas-13 )

Henning Mankell nacido en Suecia en 1948, “padre” de Kurt Wallander, el comisario de Ystad, es una figura reconocida internacionalmente en la recuperación de la novela negra sueca; pero es también el Director del Teatro Nacional de Mozambique.
Comedia Infantil, publicada en una colección de literatura negra contemporánea, puede ser una equivocación en su ubicación pero también una forma de descubrir al “otro Mankell”
Sin el antecedente de su residencia en la ex-colonia portuguesa no es fácil adivinar cómo un hombre del extremo Norte llega a recoger la sensibilidad del hombre de los trópicos con esa finura y cariño.
Si bien no nos encontramos con una novela “negra” ortodoxa o criminal, en lo que a género se refiere, sí estamos frente a un retrato social en que se nos muestra un continente- África- en el que sus gentes se ven obligadas a “vivir para olvidar , no para recordar”.
La novela fluye como una narración por parte de un solitario, José María Vaz, antiguo panadero y hoy contador de historias o, como el mismo se autodefine, “Cronista de los Vientos”; esa historia se divide en nueve noches y un alba, tiempo en que Nelio, un “niño de la calle” de la capital de un país africano, colonizado y “liberado”en continuas luchas internas, tarda en expirar como consecuencia de unos disparos.
Esa nueve noches sirven para que Nelio, a través de José María Vaz nos cuente su historia de desgracias, abusos, miserias y voluntad de salir adelante a la par que su vejez a los diez años.
La sabiduría del superviviente, la belleza de las descripciones y el ataque furibundo a todos aquellos que desde unas posiciones u otras zarandean a los habitantes de los países que tuvieron la desgracia de ser repartidos y pertenecer al tercer mundo nos van siendo mostradas con una intensidad no usual en la novelística ramplona, sentimentaloide y común que llena los escaparates.
Cooperantes, revolucionarios, imperialistas, todos son metidos en un mismo saco y vapuleados sin piedad por esa historia que José María nos cuenta para que sepamos ¿qué fue y por qué murió Nelio?
La transformación a mendigo-narrador de un buen panadero es por una razón muy sencilla, en boca del mismo José María : “es mucho más importante, para todos, darles a conocer lo que cuento que hacerles pan”.

Mankell hace una denuncia, sin concesiones, de la situación de un Continente y sus habitantes, a los que retrata a través de sus protagonistas.

lunes, 29 de noviembre de 2010

DE OCA A OCA... ( Ensayo 7)

Ayer dejé de leer el último libro del afamado escritor, me era imposible seguir. Si sus inicios prometían una historia interesante y atractiva, construida con un lenguaje certero y elegante, al irme adentrando en la narración esta se fue convirtiendo en una historia barroca, recurrente y aburrida que rompía continuamente el sentido de la trama hasta que terminaba por naufragar a través de múltiples derivaciones.

Varios días antes, la lectura de otra novela, que atrajo mi interés por las críticas elogiosas, que algunos diarios habían vertido sobre ella, se convertía en un suplicio en el que los personajes eran sometidos a un continuo aparecer y desaparecer de manera sincopada, con la consiguiente fragmentación de la historia y de su ritmo. Para entonces el hilo conductor, bien delgado ya, te paseaba por los recovecos de una gruta en la que autor y editor estaban dispuestos a perderte.

Inicio otra novela, de género en este caso, bien escrita y con un humor especial; pero el continuo subir y bajar en un tobogán de situaciones maníaco-depresivas despierta más interés como libro de relatos individuales que como novela que traslade al lector entre dos puntos de modo continuo.

Uno, se pregunta si es tan difícil encontrar una narración que: esté bien escrita, sea amena, posea la extensión justa y no necesite venir avalada por el número de ejemplares vendidos.

Pero ello creo que podría ser el inicio de otra historia.

jueves, 25 de noviembre de 2010

VIGILIA II (Relatos- 4 )

Un sonido rítmico se oía muy cercano, parecía proceder de su interior, era como un golpeteo de cascos de caballo sobre una superficie blanda.

El galope lo acorralaba y se encontraba como en el interior de una campana de fieltro; de tal modo que :surgía, chocaba contra las paredes y ese choque era amortiguado en sus oídos. Intentó ignorarlo o , al menos, reconocerlo y descubrió que el ritmo pasaba a ser más pausado, se reducía su clamor y creyó percibirlo como un tic-tac humano; un tic-tac que lentamente se iba transformando en el latir de su propio corazón.

Trató de encender la luz, de nuevo, y sintió una mano que , con cuidadoso esmero pero con firmeza, sujetaba su brazo y lo volvía a colocar en la posición de donde lo movió.

Sentía un dolor difuso en su zona lumbar, un dolor que se extendía también ,tenuemente, a su pelvis. En la silenciosa oscuridad en que aún se encontraba percibía un gemido ahogado e intermitente exhalado por una garganta muy próxima a él, ¡era él mismo quien se quejaba!

  • Parece que está despertando. Creyó oír entre sueños a una voz femenina.
  • Revise la dosis del analgésico, parece que tiene algún dolor. Ya se puede dejar entrar a algún familiar; pero sólo un momento. Le respondió una voz masculina.

Transcurrió un tiempo: ¿un minuto,una hora?, durante el cual se hundió una y otra vez en un suave sopor sintió un beso en la frente y una mano que se posaba suavemente en una de las suyas.

    • ¿ Qué tal , doctor, cómo está?
    • Bien, ahora sigue bajo los efectos de la anestesia y va despertando poco a poco; en una hora podrá pasar de nuevo y lo encontrará despierto.
    • ¿ Y la operación, cómo ha ido?
    • Bien, no se preocupe. Ha sido larga pero ha ido muy bien. Ahora mismo (…) dejarlo descansar y(...) demasiado consciente (...)

Hablaban de él y el sonido de la conversación se fue alejando mientras se sentía caer , de nuevo, en un sueño reparador.



lunes, 22 de noviembre de 2010

EL SANTO LADRÓN - Ellis Peters (Reseñas -12 )

Introducción histórica:

Entre 1139 y 1147 se localizan las historias que Ellis Peters nos cuenta sobre su protagonista Fray Cadfael, antes guerrero que fraile, quien ejerce de herborista, investigador y consejero del Abad de Shrewsbury.
La guerra civil, que asoló Inglaterra entre los años citados, enfrentó a Matilde, quien a la muerte de su padre Enrique I en 1139, ha de enfrentarse a su primo Esteban, que usurpa el trono de Enrique y recibe más aceptación popular.
Las distintas alianzas establecidas por Matilde, con Godofredo de Plantagenet, por su matrimonio, y la afección de Roberto de Gloucester, parecieron inclinar la balanza a su favor; pero el fallecimiento de este último devolvió la situación a unas tablas que la muerte de Enrique y la aceptación del hijo de Matilde como Enrique II Plantagenet dio por liquidado el litigio e Inglaterra fue unificada.

La novela :

En 1144 la Abadía de Ramsey, que había sido devastada por la guerra, es recuperada por los frailes y estos inician un recorrido en busca de recursos para que la Abadía recobre su antiguo esplendor.
Pero la llegada a Shrewsbury de fray Erluino acompañado de su séquito- un novicio y un mozo- y la estancia en la abadía de un trovador y sus servidores- una cantante tañedora y un criado- junto a la subida incontrolada de las aguas del Severn, el río que rodea al pueblo y limita con la abadía; engendran una sucesión de acontecimientos, muerte incluida, que dan lugar a las intervenciones de Fray Cadfael.
Fray Cadfael es un protagonista peculiar, sus intervenciones son puntuales y ve y deja hacer al mundo pero no por ello deja de captar los acontecimientos.
Ellis Peters aprovecha, de nuevo, la oportunidad de reflejarnos la vida medieval, simple- más no sencilla- y las distintas facetas que el hombre encierra, no tan distintas de las actuales.
No duda en hacer hincapié, como siempre, entre la separación Iglesia-Estado y el exquisito tacto manifestado en las relaciones entre ambas . No por ello la autora deja de deleitarnos con su sentido del humor, manifestado irónicamente, al analizar los comportamientos de los que ejercen el poder en uno u otro estamento.
Y en el fondo Fray Cadfael, socarrón, inteligente y ejecutor de una justicia “sui géneris” para ayudar a que la historia, con minúsculas, siga adelante.

viernes, 19 de noviembre de 2010

VIGILIA (Relatos - 3 )

Lejos el viento batía la puerta de la cocina .¿La dejó mal cerrada al acostarse?
Será cuestión de levantarse y cerrarla bien, pensó; e intentó salir de la cama.
Pero notaba que algo le estorbaba en las piernas impidiéndole moverlas. Otra vez se me han enrollado las sábanas; a ver, con tranquilidad , poco a poco:  primero una...una...¡pero!... ¿qué pasa aquí?, ¡no puedo separarlas!
La puerta seguía golpeando en un ruido acompasado.
Intentó dar la luz pero su mano sólo encontraba el vacío en derredor ¿y el interruptor?
Se sentía rodeado por una oscuridad espesa, palpable, sólida... y un silencio sepulcral, sólo roto por el sonido de la maldita puerta.
Sin saber cómo empezó a exudar y sus miembros empezaron a expeler un fluido continuo por todos los poros; sus axilas eran dos ríos de sudor, y empezó a sentirse pegajoso ; ahora las sábanas le daban un calor insoportable que le bloqueaba la respiración.
En un instante, de entre el conjunto de sensaciones ,percibió que la puerta no se oía ya. El silencio se había enseñoreado en su mundo y la sensación de calor se tornó en frío. Un frío cerval que empezó a subir por su columna vertebral y que tal como ascendía se transformaba en una sensación que desde su infancia no había vuelto a experimentar: ¡EL MIEDO!
Se sintió vulnerable,indefenso ante aquellas oleadas de miedo , una sensación viscosa que lo invadía y entonces el silencio empezó a sentirse alterado por un roce, insignificante pero que sus sentidos alerta detectaron. El roce se fue haciendo más intenso, como si algo reptara y se fuese aproximando... El décimo escalón gimió.
¡No había duda,alguien o algo subía la escalera y... él estaba inmóvil sintiéndolo aproximarse!
El miedo se transformaba en una inmensa bola de terror que, asentada en su estómago, ascendía sigilosa y agresivamente hacia su garganta ; comenzó a sentir náuseas...
Súbitamente notó un movimiento de aire en la alcoba, la sensación de una presencia ajena hízose con su mente y un sonido sibilante que se acercaba se dejó oír.. su mente torturada lo liberó sumergiéndolo en la inconsciencia.

martes, 16 de noviembre de 2010

LA CONFESIÓN DE FRAY ALUINO – Ellis Peters (Reseñas -11 )

Transcurre 1142 en Shreswsbury, la guerra entre los primos Esteban y Mathilda por el trono de Inglaterra está en una tregua invernal ; las nevadas han sido copiosas ese mes de diciembre y los ejércitos están descansando, los soldados han regresado a sus casas y la campaña de primavera aún tardará en llegar.
Como consecuencia de las fuertes nevadas , una parte del techo de la hospedería de la Abadía se rompe y hay que repararla antes de que el deshielo y las lluvias produzcan más daños y la reparación sea más problemática.
Todos los frailes participan activamente en la reparación: de la madera, del plomo de protección y de las tejas de pizarra. Pese a las precauciones se produce un accidente y un fraile “Fray Aluino” está a punto de perecer.
En el lecho de muerte hace una confesión al Abad y a Fray Cadfael ya que su ofensa sin reparar afecta, en parte, al fraile investigador.
La recuperación de Fray Aluino y el cumplimiento de la penitencia forman el grueso de la trama que Ellis Peters construye para una nueva aventura de Fray Cadfael en la Inglaterra convulsa del siglo XII.
Volvemos a encontrar a los señores feudales, siervos, damas, caballeros y la iglesia; todo ello mezclado con las pasiones, odios y rencores que acompañan al ser humano desde su origen ; pero también surgen del mismo fondo la generosidad, la justicia y el amor.
Como siempre, en todas sus novelas, Peters nos aporta la serenidad, el ritmo, el momento histórico reflejado con magistral sencillez y sus personajes, principales y secundarios tratados con un cariño exquisito para hacernos disfrutar de un rato agradable.
Otra novela que se lee “del tirón”.

sábado, 13 de noviembre de 2010

TARTA DE NARANJA - Celia González (Recetas- 6)

Para este postre de temporada debemos contar con:un paquete de gelatina de naranja (la marca Royal contiene dos sobres), dos “tetrabricks” pequeños de nata de cocinar (sobrará), azúcar, agua, zumo de naranja natural,y algunas galletas maría.

En un cazo calentamos y movemos a fuego lento, hasta derretir bien, dos vasos de zumo de naranja con medio vaso de azúcar; dejándolo reposar a continuación.

En un recipiente ponemos medio vaso de agua caliente, diluímos en este la gelatina; una vez bien derretida le añadimos otro medio vaso de agua, en este caso fría y añadimos un envase y medio de la nata. Hacemos que todo quede bien mezclado

A continuación ponemos lo anterior con la naranja, que ya habrá perdido el calor, mezclamos y colocamos en un molde; en la parte superior ponemos una capa de galletas y dejamos enfriar todo.
Una vez a temperatura ambiente, colocar en el frigorífico y es preferible permanezca veinticuatro horas

Para desmoldear...preparar una fuente con agua muy caliente y sumergimos la base del molde de modo que se despegue pero no se derrita. Invertir el molde y colocar sobre una fuente plana apareciendo como base de la tarta las galletas.

A mí me gusta tomarla acompañada de una copita de una bebida dulce.

Buen provecho

jueves, 11 de noviembre de 2010

RING – RING (Microrrelatos 1)


Me había acostado tarde, cuando uno está agobiado suele disfrutar de un cierto insomnio.
Un timbre sonó en mi cabeza produciéndome un sobresalto descomunal, encendí la luz y busqué el teléfono temblando.
Pero el teléfono estaba mudo y lo que sonaba insistentemente era el timbre de la puerta.
Me puse las zapatillas y fui, con paso cansino, hacia la puerta.
Al abrirla, Mickey Mouse me apuntaba con un 38.
Un escalofrío recorrió mi columna vertebral.

lunes, 8 de noviembre de 2010

EN CAIDA LIBRE, COMO EN UN SUEÑO - Leif GW Persson (Reseñas-10)

La noche del 28 de febrero de 1986, en la confluencia de las calles Svea y Tunnel de Estocolmo, el presidente Olof Palme era abatido a tiros y su esposa malherida. Hasta ahí la noticia escueta del magnicidio.
Minutos después la policía está presente en el lugar del crimen e inicia una investigación que ha reunido millones de páginas para resolver un crimen que, hasta hoy. constituye un enigma.
Si pensamos en una piedra lanzada a un lago, que inicia una serie de ondas concéntricas y que buscando el epicentro nos dice dónde desapareció la misma, en el caso Palme en lugar de fijar la mirada en el punto de desaparición de la piedra inicial, se lanzaron múltiples piedras para indicar cual fue el punto de desaparición. Ello generó un conjunto de ondas concéntricas próximas con numerosas resonancias e innumerables armónicos. Cada punto en que desapareció cada piedra “señaladora” generó un foco de investigación, ya fuese “la venta de armas”, “el factor turco”, “el espionaje para una potencia enemiga”, “el loco agresivo solitario”, “la pista policial”…hasta que veinte años después, totalmente frio , el expediente descansa en los archivos de la Policía Nacional sueca.
En su tercera novela del “Declive del Estado del Bienestar” Persson ajusta cuentas y cierra su historia a la par que construye, quizá, la novela más intensa sobre “procedimiento policial” que se haya escrito.
A lo largo de más de 700 páginas Lars Martin Johansson, “el hombre que sabe qué hay a la vuelta de la esquina antes de doblarla”, ahora ya Jefe de la Policía Nacional sueca, dirige una nueva investigación sobre “el caso Palme”. Pero para iniciarla usa “una foto fija del lugar en que cayó la primera piedra”, con lo cual todos los armónicos aparecieron después y las referencias del punto origen están fijas.
Con un equipo de colaboradores, personajes muy bien construidos y un proceso de trabajo metódico y continuado, la búsqueda nos conduce a ese enfrentarse a la verdad “como en un sueño, en el cual uno se siente atrapado en caída libre a la vez que pierde oxigeno y consciencia” y nos hace despertar confusos.
Leif GW Persson ha creado una historia atractiva de principio a fin, con un personaje omnipresente “la Suecia que arrastra la culpa de un magnicidio irresuelto” en donde sus personajes tienen una verosimilitud, algunos esperpénticos, pero todos asumibles en la actual sociedad globalizada. Persson maneja un ritmo, totalmente controlado, que te atrapa y te impele a conocer la historia, sin pausas, hasta el final.
Cuando uno termina la historia no puede por menos que rememorar la frase del profesor- alter ego de Persson- que, más o menos, dice: “la verdad, que muchos buscamos, está oculta para gran parte de nosotros. No todo el mundo tiene derecho a conocer la verdad, a veces por deferencia a ellos mismos y entre otras cosas porque no la entenderían.”

viernes, 5 de noviembre de 2010

IGNACIO ( Relatos 2)

El calor era insoportable, una sensación de bochorno hacía correr regueros de sudor desde sus axilas y el calzoncillo se unía a su cuerpo en una cinta húmeda de sudor.
Las chicharras con su atronador chirriar ensordecían la noche junto con los gritos de la gente que en la plaza ocupaba los veladores.
El árbol que frente a su ventana daba acogida a los ruidosos insectos parecía pintado en un decorado, ni una hoja se movía y la media noche ya hacía rato que había pasado.
Desde la ventana de su buhardilla Ignacio sólo podía ver la copa del árbol y una amalgama de tejados y azoteas...pero todo aquello quedaba difuso ante su estado de laxitud en esa noche de agosto.
Ignacio era cartero, había aprobado una oposición en que saber a qué provincias pertenecían Castroponce de Valderaduey, Cortijos Nuevos, La Lentejuela... suponía pasar o no el examen eliminatorio y después demostrar sus conocimientos de Legislación para acceder al puesto de funcionario de la Administración. Pero estaba insatisfecho y había descubierto que le gustaba leer y aún más escribir; actividades que hacía en sus pocos ratos libres.
Las descripciones que leía en aquellos libros que acumulaba en su anaquel lo habían subyugado y pensaba que no descansaría hasta que su nombre apareciera en la portada de un libro.
Ahora en esa habitación que era su casa, en ese piso que compartía con estudiantes y transeúntes de todo tipo Ignacio dedicaba todo su tiempo y energías a intentar escribir. Había hecho sus “pinitos”, envió varios relatos a distintos concursos convocados : por el diario local, por “El Nacional”, e incluso por “Las Noticias” ; pero en ninguno de ellos había conseguido siquiera una mención.
Sin embargo era constante y un “pelín” testarudo y estaba convencido de que “a la musa había que esperarla ante el papel y con el “boli” preparado”, y entonces...sería su momento.
En su sillón de plástico -publicidad de una conocida marca de cerveza conseguido de uno de los bares de abajo- y ante su tablero-mesa calentaba motores y aguardaba a su musa.
Se sentía orgulloso de haber reparado una lámpara-trampa para los mosquitos ,rescatada de un contenedor de basura, que ahora permanecía encendida sobre el armario y daba, junto a la luz del flexo,un ambiente de irrealidad a la habitación. Esa luz protegía su enteco cuerpo de los voraces mosquitos que antes se ensañaban con él impidiéndole dormir haciendo sus calurosas noches duraderas e insidiosas.
Ya fuera por el calor, ya fuese por la falta de descanso o por el paulatino descenso de las carcajadas en la calle y debido a que el canto de las chicharras se fue convirtiendo en una molesta nana...Ignacio cayó en un estado de sopor, quedándose dormido sobre la mesa.

La musa era joven y bastante inexperta...tenía un contrato de sustitución por maternidad, llevaba poco tiempo en ese quehacer y había empezado por insuflar inspiración a: funcionarios talluditos que se presentaban a juegos florales , estudiantes que concursaban a premios de redacción patrocinados por refrescos y marcas de detergentes y gente que estaba pobre de ideas y recursos...para quienes poseían ambas cosas estaban las musas fijas, que tenían experiencia y no se movían por nimiedades.
Nuestra musa llevaba un día de trabajo terrible, tres largas horas le había costado empujar a una adolescente a escribir un poema “becqueriano” con el que pensaba ganar el primer premio de redacción de su colegio; más tarde fue un funcionario de administración local el que no daba con las palabras que glosaran suficientemente a la señora del alcalde ,que iba a recibir la banda de “Dama Modelo de Abnegación 2010” en su recogida de ropa de invierno para los habitantes de Kuala Lumpur ; y finalmente la ímproba labor con el famoso poeta-cantautor al que la mezcla de “brandy” y “maría” no le permitían que las estrofas pudieran entonarse...y ahora...esto, su cliente Ignacio, estaba “groggy” sobre la mesa.
Nadie ,que se sepa, ha visto nunca a las musas, de modo que es difícil describirla, simplemente era curiosa y no podía dejar de llamarle la atención la luz tan sugestiva, entre malva y azulona, que arrojaba aquella extraña lámpara y se acercó a ver bien en qué consistía...de tal modo se aproximó que se oyó una especie de chirrido...y la musa desapareció.

Ignacio sintió un ligero ruido que le hizo despertar, pese a lo cual no vio nada extraordinario, la habitación estaba en silencio, las chicharras habían callado y los bares de abajo habían cerrado.
Entonces descubrió que tenía algo y comenzó a escribir...

“El calor era insoportable, una sensación de bochorno...

martes, 2 de noviembre de 2010

OTRO TIEMPO, OTRA VIDA Leif GW Persson (Reseñas- 9)

En este segundo acto sobre “el declive del estado del bienestar” Persson utiliza como frontispicio de la novela el asalto de la Embajada de Alemania en Estocolmo, en 1975, por un grupo de simpatizantes de Baader-Meinhof.
La muerte de un cámara de televisión veinticinco años más tarde, nos sumerge en una intriga de asesinato en donde Bo Jannebring y Anna Holt, unos investigadores de la policía, trabajan para dilucidar los puntos inconexos y que impiden conocer el móvil del mismo.
Si bien Jannebring tiene presente que, según su amigo y jefe en la policía -Johannson- buscar el móvil puede desorientar sobre la investigación; en este caso él  y Anna no están de acuerdo con dichas observaciones y trabajan en su búsqueda.
Toda la investigación conduce a una maraña en que la política, la memoria, la mala conciencia de la sociedad sueca, los servicios secretos, la corrupción policial,y en dónde sale a relucir la deshonestidad y prejuicios que el encargado de la investigación -Backström- reflejó en sus informes, todo ello nos dirige inevitablemente a una solución del caso no por adivinada, digerible.
Persson, en esta su segunda novela, maneja la información, el "tempo" y la descripción de los personajes con magistral habilidad e ironía.

jueves, 28 de octubre de 2010

LOMOS DE MERLUZA CON VINAGRETA DE TOMATE - Celia González (Recetas- 5) )

 Es un plato sencillo, para el cual hemos de contar con: cuatro lomos de merluza o pescadilla, limpios de espinas, pero con su piel, cuatro tomates rojos muy duros, aceite de oliva virgen, medio ajo, perejil, sal y pimienta.

En primer lugar picaremos, muy fino, el ajo y el perejil y lo colocaremos en un plato aparte.

En una bandeja de horno, previamente forrada con papel aluminio y untada con aceite de oliva, vamos colocando los lomos, a los que hemos salpimentado antes, con la piel hacia abajo.

Pelamos los tomates, les quitamos las semillas y picamos su carne en cuadraditos muy pequeños; una vez hecho los mezclamos con el ajo y el perejil y sal al gusto. A continuación colocamos sobre cada lomo una cuarta parte de la mezcla y rociamos con un chorro de aceite.

Introducimos la bandeja en el horno, ya precalentado, a 180º durante cinco minutos. Con mucho cuidado y con la ayuda de una espátula colocamos un lomo en cada plato.

Se pueden acompañar con espárragos verdes a la plancha o patatas panaderas al vapor.

Un albariño sería una excelente compañía ...si no tenemos, un ribeiro blanco no desentonaría.

miércoles, 27 de octubre de 2010

ENTRE LA PROMESA DEL VERANO Y EL FRÍO DEL INVIERNO

El autor, Leif G. W. Persson, nacido en 1945 en Estocolmo, ha sido durante una serie de años asesor del Ministro de Justicia sueco, y es catedrático de Criminología en la Dirección de la Policía Nacional de su país.

Inició su carrera con una trilogía escrita a finales de los 70 y principios de los 80, no traducida al castellano aún, y en 2002 volvió a la literatura con la novela que nos ocupa, primera de otra trilogía llamada El Declive del Estado del Bienestar, que continúa con “Otro tiempo, otra vida”, y que finaliza con “En caída libre, como un sueño”
Se puede considerar a Persson el cronista de la evolución de la sociedad sueca de los últimos años.
Si bien es posterior a los “padres” de la novela negra sueca (Maj Stöwall y Peer Wahlöo) es coetáneo con Mankell y anterior al “boom nórdico”en nuestro país.

Esta primera novela de la trilogía nos introduce en una Suecia que asiste impertérrita al descenso a los infiernos de un país ejemplo de conquistas sociales y modelo para los restantes países europeos; ( aquí sólo conocíamos el alto incide de suicidios, el cine de Bergman y las turistas en las Islas Baleares).

Persson nos desmenuza la vida y el ambiente de un país en que los miedos al Oso Ruso se han reconvertido en la xenofobia y el racismo hacia los emigrantes causantes del aumento de la delincuencia y que constituyen, vía los kurdos, la máxima amenaza social-política.

El retrato de una policía corrupta e incompetente que dedica su tiempo a mirarse el ombligo y su espejo inverso Jarnis y Johannson quienes se mantienen en base a la nostalgia del “buen hacer del buen policía”.
Todo lo demás, el espionaje dentro del espionaje, la política omnipresente, el conservadurismo, parece que innato en todos los cuerpos de seguridad y las zancadillas del poder, sirven de fondo al asesinato del primer ministro – Olof Palme- por los grupos de la reacción. Un asesinato que queda impune y que nos mantiene en un invierno largo y frío.

El telón de la historia se abre con el sucidio aparente de un estudiante que se lanza a través de una ventana; después la investigación del caso por un policía escrupuloso que destapa una caja de Pandora de incalculables consecuencias.

domingo, 24 de octubre de 2010

FRÍO (Relatos - 1)

Me duelen los huesos. Hace frío.
Con los años el frío se siente más.
Mañana hacen ocho años que se me murió mi Antonia.
Después me trajeron aquí
No creo yo que haya habido un hombre que haya querido más que yo a mi Antonia. Y ella a mí. Y nos respetábamos. En un matrimonio si no hay respeto…es la ruina.
Algunas noches, cuando venía del bar, mi Antonia se ponía “siesa” y me faltaba al respeto. Entonces yo, que aprendí de mi padre que eso no debe pasar nunca, me calentaba un poco y… se me iba la mano; pero para que no se perdiera el respeto.
Después le pedía perdón, le hacía ver lo que me obligaba a hacer por sus tonterías y en dos días se le pasaba el enfado y volvía a la cama.
Aquella noche no fue ni más ni menos: como siempre intenté que me guardara el respeto; pero… una mala caída o un golpe mal dado…no se movía.
Después me trajeron aquí.
Ya hace un rato que han hecho el recuento y nos han “clapao”.
Cuando me acuerdo de mi Antonia se me saltan las lágrimas.
Me duelen los huesos. Hace frío.




martes, 19 de octubre de 2010

EL HOMBRE DEL SALTO - Don DeLillo (Reseñas- 7 )




El día 11 de Septiembre de 2.001, en Nueva York, dos aviones de pasajeros fueron dirigidos hacia las “Torres Gemelas”, símbolo del poder económico del Imperio Norteamericano; al impactar contra ellas y destruirlas, provocando gran cantidad de víctimas, se produce un punto de inflexión en la historia de nuestro planeta. Dicho ataque, junto con otros intentos en paralelo, fueron atribuidos a Al Quaeda, una organización terrorista islámica.

Don DeLillo, es una autor norteamericano nacido en 1936 y que con un haber de dieciséis novelas- entre ellas “Ruido de Fondo”, “Libra”, “Cosmópolis” y la última “Punto Omega”-  ha conseguido ser considerado un cronista del hombre de finales del siglo XX e inicios del XXI; como en su día los fueron Faulkner, Dos Passos, o Hemingway.

Sobre el atentado del “11-S “ DeLillo devana una historia alrededor de su personaje, Keith Neudecker, quien emergió de entre los escombros con un portafolios en la mano, y volvió a la casa que compartía con su mujer antes de la separación de ambos.
Con un trazo brillante, se nos hace conocer todas esas dudas que una persona, renacida, alberga sobre todo lo que le rodea y fundamentalmente sobre sí mismo. Su comportamiento , de borrón y cuenta nueva, sus relaciones con su esposa e hijo, con sus amigos antiguos, su nueva relación con su diversión de manera profesional, el juego, etc... finalmente su aproximación a un alma gemela, la propietaria del maletín, dan un aire de renacer a toda una vida.
Todo lo anterior vivido en un sonambulismo y una situación de paranoia, que DeLillo nos refleja en el temor del hijo de Neudecker y sus amigos a “Bill Layton”-sonido similar al de Bin Laden- que les hace escrutar el cielo con catalejos esperando su vuelta, las inquietudes de su esposa sobre la memoria, la cotidianeidad que intenta establecerse de nuevo...y todo ello con la omnipresencia de lo que “un día pasó”.

DeLillo nos enfoca, sin dramatizar explícitamente ni haciéndonos dar vueltas sobre ello, una cuestión que sólo se analiza por sus efectos, pero no suele hacerse por sus causas. Únicamente a través de Martin, un amigo que suele estar de viaje casi continuamente, recibimos destellos de ideas que no pueden aparecer como discurso porque el americano medio no está preparado para iniciarlo siquiera.



domingo, 17 de octubre de 2010

MIGAS EXTREMEÑAS Pilar Bote (Recetas - 4)

  En esta ocasión,  os propongo  un plato típico extremeño: las migas.

Los ingredientes necesarios  son: pan, ajos, pimientos rojos, panceta, aceite de oliva, pimentón de La Vera ( dulce) y sal.

El secreto está en el pan, debe ser pan asentado del día anterior, (pan de miga). Aunque lo recomendable es cortarlo en láminas  muy finas  (de 2 a 3 mm) , lo práctico es meterlo en la picadora  y en  un, dos, tres…¡zas¡…pan listo. Una vez picado se  humedece ligeramente  pero sin que chorree.

En una sartén honda, se fríen en aceite de oliva, primero los ajos y los  pimientos,  después los torreznos. Se apartan y reservan. 
El aceite de freír sobrante se echa en un vaso (de los de Nocilla) y se rellena  hasta completarlo (un vaso de aceite  para unos 500 gr. de pan). Lo calentamos,  añadimos una cucharadita de  pimentón, sal y un vaso de agua. Una vez disuelta la sal, cuando empieza a hervir, se echa el pan .

A partir de ahí, removerlas,  de manera enérgica y constante hasta  conseguir una mezcla homogénea. Antes de apartarlas se añaden los ajos, pimientos y torreznos. Cuando estén sueltas, sin grasa,   bien doradas  ya están en su punto.

Lo suyo es comerlas recién hechas y si se acompaña de un vino de pitarra, tanto mejor.






viernes, 15 de octubre de 2010

ROBERTO ALCÁZAR Y PEDRÍN...OSTRAS (Cómics 1)

Ayer, paseando por Sevilla y curioseando en un kiosko me dí de bruces con una reedición de los tebeos de Roberto Alcázar y Pedrín. La nueva edición  respeta el formato de cuadernillo apaisado se vende como “edición fascimilar”, posiblemente las planchas sean las originales; pero lo que no es original es la edición en color - coloreado infame dicho sea de paso- y en tapa dura con seis tebeos por tomo.

Nacido en 1943, en plena II Guerra Mundial y en una España de posguerra y autarquía nuestro héroe resume los valores que constituyen el ideal español de la época, luchando sin cuartel, fuera de nuestro país por supuesto, contra el MAL; un mal que las policías extranjeras no pueden erradicar y han de recurrir a nuestro valiente periodista- así aparece en su primer episodio- quien siempre aporta la compañía de su fiel y simpático ayudante, sicario, subordinado Pedrín y va "desinfectado el mundo de malhechores".

Roberto Alcázar es el prototipo de caballero español, elegante, siempre con corbata, cuidadoso en su lenguaje y atuendo y Pedrín es de baja extracción, de ahí sus expresiones algo fuera de tono.
Con un dibujo esquemático y deprimente, unos fondos casi inexistentes y un maniqueismo de imágenes e ideas totalmente infantil- todos los “buenos” son apuestos, los “malos” tiene mal aspecto, llevan barbas, bigotes extraños, cabezas rapadas o no son occidentales- las historias nos hicieron recorrer el mundo venciendo a la ciencia representada por “sabios locos” y a todo criminal que quería “adueñarse del mundo”; resaltando siempre que “el criminal nunca gana”.
En un mundo en que las mujeres aparecen de manera tangencial, y sólo para "ser salvadas"de asechanzas nuestro personaje y escudero no dudan en engañar, golpear, torturar y saltarse cualquier tipo de ley, que dicen defender, con objeto de traer al “buen camino” al sinfín de facinerosos que aparecen como hongos, sin saber por qué ni de dónde. La enorme producción de una aventura a la semana obligaba a un sobrehumano esfuerzo de inventar malvados; las historias sobrevivieron hasta 1976...sobrepasando los 1500 episodios.
Leíamos sus historias con fruición, defendían los valores que había que defender, y tenían la ventaja de que sus cuadernillos eran “una aventura completa” , no teniendo que esperar a la semana siguiente para conocer qué nos reservaba el ...continuará y... se leían del tirón.

Lo malo es que aún hay muchos que creen que estamos, todavía, en los tiempos de Roberto Alcázar y Pedrín.

lunes, 11 de octubre de 2010

SAM FULLER: PRIMITIVO Y VISIONARIO Sergio Coello (Cine - 4)

Primeros pasos.-

Samuel Fuller nació en Worcester (Massachusetts) de unos padres que eran inmigrantes judíos (ruso y polaca) y que ─como tantos recién llegados a la “nueva tierra prometida”─ cambiaron sus apellidos originales por otro más sonoro y desapercibido, Fuller. Una forma como otra cualquiera de evitar preguntas incómodas sobre el propio origen.
El joven Fuller tuvo una temprana querencia por el periodismo; primero fue mensajero en la redacción de un diario y luego reportero de sucesos criminales en Nueva York. Sin duda, ese oficio le tuvo que poner en contacto con el lado turbio del alma humana; Ya saben, ese asunto del que prefieren no hablar los predicadores franciscanos y los revolucionarios creyentes. Durante los años treinta, Fuller también hizo de “negro” para guionistas de Hollywood aunque jamás sabremos a qué películas prestó su talento subterráneo porque siempre mantuvo una especie de ética individualista e incorregible que le impedía delatar a aquéllos que firmaron y cobraron la parte del león por sus guiones.
Movilizado durante la Segunda Guerra Mundial, Samuel Fuller participó en diversas operaciones de los aliados en África y Sicilia; incluso estuvo en el desembarco de Normandía. Pertenece, en fin, a esa clase de cineastas ─Wellman, Ford, Huston, Hawks─ que primero tuvieron muchas vidas diferentes en una sola y después se decidieron a contarlas todas en la pantalla. Naturalmente, ya pasadas aquellas imágenes épicas de juventud por el escepticismo que inevitablemente proporciona el paso del tiempo. Esta forma de hacer cine ha desaparecido prácticamente hoy porque corren tiempos en los que das una patada en el suelo y brotan un puñado de directores que han pasado, sin solución de continuidad, de la consola de videojuegos al plató de rodaje. Por poner un ejemplo, la visión que Sam Fuller tiene de la guerra, de cualquier guerra, ─cruel, violenta, desesperanzada─, y que tanta personalidad ha otorgado a sus obras bélicas, resultaría inexplicable sin su experiencia personal.
Algunas claves.-
Desde la primera película I Shot Jesse James, (Balas vengadoras, 1949) hasta la última La madonne et le dragon (1994), el cine de este director se ha distinguido por ese insistente empeño en construir su propio camino al margen de las cómodas autopistas previamente construidas y de los atajos tramposos que eligen los pillos. Traten el género que traten ─western, bélico, thriller─ las películas de Fuller se alejan por voluntad propia de los “terrenos trillados” y los personajes “fullerianos” se embarcan a menudo en viajes ─no sólo físicos─ que avanzan a través de ese territorio próximo y misterioso que es la mente humana. El caminante, por tanto, explora su propio interior, arriesgándose a afrontar los peligros que le acechan desde dentro y que se podrían resumir en la famosa sentencia sartriana ─vuelta del revés─ “el infierno somos nosotros mismos.”
El cine de Fuller tienen tanta fuerza visual que hasta su pesada carga ideológica ─fundamentalmente, en torno a la guerra fría entre Estados Unidos y el telón de acero o la depredación de los indios a mayor gloria del gran sueño americano─ acaban resultando pequeñeces frente a la grandeza de su arte. Quiero decir que la distinción entre la genial y compleja trama de los personajes y su escandaloso contenido político se disuelve en la nada en el mismo momento en que alguna de sus chicas rubias ─con tanto misterio como pasado, con tan escaso trasfondo social explícito como moralina bienpensante─ desabrocha sus piernas de par en par.
Encumbrado por muchos de los directores franceses de la nouvelle vague. Salpicado de maldiciones por los críticos sectarios de la izquierda española: “burro que veo, albarda que le pongo”; “burro que veo, albarda que le pongo”; “burro que…” y así indefinidamente. Inspirador de otra manera de hacer películas para directores actuales tan dispares entre sí como Jim Jarsmuch, Mika Kariusmäki, Quentin Tarantino o Martin Scorsese. Ése es Samuel Fuller. Y es que, a pesar de que murió hace ya unos cuantos años, su legado de creador combativo, aguafiestas y pasional, su herencia de agitador de esa comodona calma chicha políticamente correcta en la que se adormecen las buenas conciencias, sigue en pie a través de películas como Casco de acero, Bayoneta calada, Pick up on south street (Manos Peligrosas), La casa de Bambú, El quimono rojo, Run of the arrow (Yuma), Shock corridor (Corredor sin retorno), Verboten, Uno rojo, división de choque, Perro blanco y Les Voleurs de la nuit (Ladrones en la noche) por citar sólo mis favoritas entre más de treinta títulos.

viernes, 8 de octubre de 2010

MARIO VARGAS LLOSA Y EL NÓBEL (Ensayo - 6 )

La "Nueva Narrativa Latinoamericana," aparte de una maniobra editorial, sirvió para que una serie de autores de verdadera calidad literaria fueran conocidos por muchos lectores que, como yo, pensábamos que debía haber algo en el mundo literario distinto al franco-anglosajón. Ello nos permitió llegar a García Márquez, Vargas Llosa, Carpentier, Donoso, Cortázar, Uslar Pietri, etc y sus obras.
Mis lecturas, me aproximaron a algunos de dichos autores y hoy me desayuno con la concesión del Nóbel a Mario Vargas Llosa, autor de unos veinte libros, unas doce obras de teatro e innumerables artículos, unos de opinión otros sobre literatura, en múltiples foros de prensa y revistas.
Mi primera aproximación al flamante Nóbel fue a primeros de los 70 a través de un cuento: “Los Jefes”, en dónde descubrí un manejo del lenguaje, una elegancia, y un estilo que me pareció único en todo lo último que había leído; ello me hizo buscar con avidez otra cosa de él y encontré “Los Cachorros”, otro relato en donde la concisión y las características similares a las que en su anterior cuento me habían atrapado.
La lectura de “La Ciudad y Los Perros” me interesó, y sin dejar de mantener esa finura y ese estilo me pareció también más descriptiva, a la vez que más intimista y en donde la concisión empezaba a perder terreno.
“Conversación en La Catedral” es quizá la novela más redonda de Vargas Llosa y más lograda en esas conversaciones entre dos amigos en donde desgranan gran parte de esa historia de Perú que su autor quiere contar, vibrante en la historia, bella en su estilo, elegante y si perder la cara a lo concreto.
Creo que a partir de la anterior novela la prosa del Nóbel se va convirtiendo en, a fuer de intimista, en narcisista y si bien mantiene las constantes de estilo, uso del lenguaje y elegancia se pierde en un barroquismo inmóvil que hace que la trama de sus novelas se conviertan en tetrapléjicas historias en las cuales, hasta la última que he intentado leer, “La Fiesta del Chivo”, sacrifica el contenido al volumen y una verborrea de palabras y pensamientos inundan unos libros que no debiendo exceder de 200 páginas se convierten en más del doble.
Creo que Vargas Llosa es un excelente narrador de relatos, pero cuando intenta convertirlos en novelas, su frescura se pierde en divagaciones intimistas de los múltiples personajes que, para engordar la historia, se convierten en coprotagonistas a su pesar.

Pero yo no soy sueco, no voto para el Nóbel y nada más que por sus relatos iniciales se lo mereció...el resto, para mí, papel al peso.

miércoles, 6 de octubre de 2010

CALAMARES EN SALSA - Ana Rocío Cristóbal (Recetas – 3 )


Para hacer esta receta debemos contar con: unos calamares grandes, una cebolla pequeña, un ajo, tomate frito previamente, un vaso de vino, harina, aceite de oliva virgen, un limón, una guindilla, una hoja de laurel, orégano, albahaca, sal, agua, pimienta y perejil.

Se trocean los calamares a un tamaño grandecito, de 5 a 7 cm., se pican muy bien la cebolla, el ajo y la guindilla y se ponen aparte.

En una sartén , en dónde previamente se ha puesto a calentar el aceite de oliva, se echan la cebolla, y el ajo y se tienen al fuego fuerte alrededor de tres minutos, se agregan a continuación y se revuelven los calamares y el laurel, dejándoles rehogar más o menos el mismo período de tiempo.
Mientras, se exprime el limón y se pone en un vaso aparte.

Es el momento de añadir una cucharada de: harina, orégano y albahaca, junto con medio vaso de agua caliente, el vino, el tomate frito (dos o tres cucharadas), el limón, la guindilla, la sal y la pimienta y remover para que no se formen grumos; a continuación bajamos el fuego.
Tapamos la sartén y removemos, procurando que la salsa esté fluida, con el fuego suave.

Cuando veamos que la salsa toma consistencia, alrededor de ocho minutos, retiramos la hoja de laurel...y servimos en una fuente con el perejil espolvoreado por encima.

Recomiendo tomarlo con un vino blanco frío, a opción del consumidor.

lunes, 4 de octubre de 2010

OJOS AZULES CON TALENTO - Sergio Coello ( Cine - 3 )

Los ojos de Tony Curtis siempre quedaban subcampeones en los concursos de actores atractivos en aquellos torneos incruentos cuyo jurado estaba formado por las chicas que conocíamos. Ya saben, compañeras de clase, novias, hermanas y poco más. Se pusiera como se pusiera el guapo Tony, siempre le ganaba Paul Newman. Y es que Curtis tuvo la mala suerte física de ser una especie de media aritmética entre la mirada color cielo frío de Lancaster y la blandísima caída de ojos azul añil de Troy Donahue y Tab Hunter, que estaban a medio milímetro del icono gay. Luego, ya casi carroza, Curtis se quedó en una especie de zombi con botox y ahí acabó su carrera. Pero la verdad es que todo eso no es más que un racimo de estereotipos, tópicos de los que echamos mano para clasificar a los cadáveres ilustres como si fueran mariposas atravesadas por un alfiler, dentro del expositor.
Como la inmensa mayoría de las estrellas de Hollywood de aquella época, el que fuera marido de Janet Leight llegó hasta la pantalla ─y a los sueños húmedos de las espectadoras─ después de haber sido un chico malo en la calle y un héroe de la libertad durante la Segunda Guerra Mundial. No creo que haya otro famoso actor norteamericano que haya intervenido con papelitos secundarios en tantas obras maestras. Desde El abrazo de la muerte de R. Siodmak a Winchester 73 de Anthony Mann; de Espartaco de S. Kubrick a El último magnate de Elia Kazan.
Curtis pasará a las enciclopedias por su papel trasvestido en la genial Con faldas y a lo loco de Billy Wilder –de su beso a Marilyn Monroe (por necesidades del guión) diría luego que “había sido como besar a Hitler”─ pero yo le recordaré siempre por cuatro películas en las que demostró que en ese asunto mágico de la interpretación era uno de los grandes: Los vikingos , de Richard Fleischer, dándole réplica mucho más que digna a ese monstruo llamado Kirk Douglas ; Trapecio, de Carol Reed, montándose un triángulo en el aire lleno de erotismo con Lancaster y la Lollo; No hagan olas, de Alexander Mackendrick, haciendo de Cary Grant hasta en los gestos más desapercibidos y, muy especialmente, El estrangulador de Boston, también de R. Fleischer, donde daba cuerpo y alma al asesino de ancianas Alberto di Salvo, uno de los más prodigiosos y temibles “serial killers” de la historia del cine. Y de la vida real
Descanse en paz Tony Curtis si es que las ángelas del cielo o las diablesas del infierno se lo permiten.