miércoles, 25 de julio de 2012

SERVICIO COMPLETO (Relatos 28)


Sencillamente no te lo crees, y parpadeas y te miras esa camisa blanca, impoluta hace un suspiro y el manantial de tu sangre borboteante que la tiñe ahora.
Habías oído hablar de: Torrio, Capone, Luciano, Nitti, Costello, del 14 de febrero, y de tantas y tantas historias que te sonaban a cuentos de vieja.
Entonces tú no habías nacido y los tiempos del Boston de finales de los sesenta quedaban demasiado lejos; para ti eran los tiempos de Kruschev, y los que siguieron hasta que el “otro tigre de papel”, con Gorbachov y Yeltsin, se derrumbó y había que ponerse, junto con la pasta, a buen recaudo y manejar los negocios desde un lugar tranquilo, Marbella.
Pero Marbella se puso muy frecuentada y empezaron a aparecer conocidos a los que había que evitar, por las buenas o por las malas, y buscaste un lugar en que la preocupación de los demás por tus intereses no fuese tan importante, Bilbao.
Han sido diez años de tranquilidad, fecundos en negocios y amistades y relajados en el diario, te permitiste, incluso, prescindir del guardaespaldas.
Por eso la llegada de dos policías locales, a la peluquería en que estás ni te ha inmutado, uno se ha quedado junto a la puerta y el otro tranquilamente te ha descerrajado tres tiros tras recomendar al peluquero que se alejase un poco, para no salpicar.
Ya no te importa si se encaminan a un coche patrulla- robado como los uniformes- y después de arrancar haciendo sonar la sirena desaparecen a la vez que su ulular.
Sólo aciertas a ver, difusamente, que los surtidores van apagando sus impulsos y un color cerúleo se extiende sobre tu cara mientras sientes que... ¡ te han matado!.

domingo, 22 de julio de 2012

MUCHO DINERO José Villalba Garrote (Reseñas 37)


La tradición de la novela negra, novela urbana en sus orígenes, la situaba en las grandes poblaciones en que la delincuencia, el poder y la corrupción eran más ostensibles.
Llega Jim Thompson y las historias aparecen en puebluchos de mala muerte del medio oeste en donde la corrupción asfixia al pobre lugareño que se limita a ver ante sí el crimen y el abuso de poder sin posibilidad siquiera de percibirlo como algo distinto a lo habitual.
José Villalba (Luelmo de Sayago, Zamora, 1965) nos demuestra con su prosa que la novela negra puede tener cabida en una capital de provincias como Zamora, en la que nunca pasa nada, y que en la Semana Santa zamorana se puede encontrar algo más que excepcionales tallas de imágenes, recogimiento y fervor.
En la madrugada del miércoles santo la Hermandad de la Penitencia desfila por las calles de la ciudad castellano-leonesa entre el silencio, el sonido de las matracas y el deslizar de los pies descalzos de los penitentes sobre el pavimento.
Las extrañas contorsiones y movimientos imprevisibles de un hermano- con su traje oscuro cubierto con una capa parda listada y un pesado farol- aterroriza a los devotos que asisten al paso de la procesión. Momentos después, Leocadio Coscarón, superintendente de la policía local, que presencia el desfile junto a su familia, acude en ayuda del desmayado para oírle exhalar unas últimas palabras y fallecer.
A partir del hecho, Villalba construye una novela negra en donde “Leo” inicia una investigación no tan atípica y las estructuras de poder son puestas a prueba por el voluntarioso policía.
Una historia imaginativa e irónica que mantiene en vilo al lector hasta un final sorprendente. Un Plinio más leonés que manchego, unos personajes que se adaptan a la trama como un guante y si bien la novela inicia sus pasos con algún titubeo va afianzándose hasta adquirir un ritmo en donde su autor lleva a excelente término el desenlace.
Una novela recomendable.