Era febrero del 2008 y yo estaba en una fila para acceder al Palacio de la Virreina, a la izquierda había una mesa sobre la que había varios ejemplares de libros de distintos títulos. Un cartel permitía traer un libro y cambiarlo, gratuitamente, por cualquiera de los de la mesa.
Me separé de mi acompañante y me aproximé a ver los títulos.
A mi regreso comenté que tenía dudas sobre si uno de los libros que se podían cambiar lo tenía o no. Se trataba de un ejemplar de James Ellroy.
Delante nuestra se volvió una señora, que estaba acompañada, y me preguntó:
- Le gusta ese autor?
- Me parece uno de los mejores autores actuales sobre novela negra, respondí.
En ese momento el señor que la acompañaba se volvió y dijo:
Nosotros somos sus traductores al castellano.
Me quedé algo cortado.A continuación se presentaron como Hernán Sabaté y Montserrat Gurguí, a lo que yo hice lo propio y a mi acompañante.
A partir de ese momento y hasta que pudimos entrar a la sala, en que se iba a celebrar la Mesa Redonda sobre temas de la novela criminal, establecimos una conversación en que salieron a relucir cuestiones sobre: el estilo de citado autor, su ritmo, sus temas, sus facilidades y dificultades para ser traducido y en las cuales ambas personas, lógicamente, fueron quienes llevaron el peso de las diversas cuestiones y yo participé y aprendí.
De esa conversación quedó muy presente la personalidad, la empatía y lo importante que es tener un conocimiento profundo sobre quien es traducido por parte de los traductores; a ello hay que sumar mi expreso interés, a partir de entonces, por conocer quién traduce a quién.
También me quedó, a recordar, la enorme amabilidad, simpatía y amenidad de que ambas personas, tanto Hernán como Montserrat, hicieron gala ante unos desconocidos con quienes coincidían en una cola y, probablemente no volverían a ver, como así fue.
Todo esto, que puede parecer un poco prosaico y una anécdota sin importancia es un pequeño homenaje a Hernán, que hace unos días se “ha marchado” y deja a Montserrat la enorme faena de seguir, en solitario, dándole voz en castellano a una serie de autores y personajes, que ya era ardua para ellos dos.
Nota:
Además de a James Ellroy, ambos han traducido a : John Connolly, Joseph Wambaugh, Georges W. Higgins, Georger R. Martin, Nadine Gordimer, Anne Rice, Stephen King...
Bello homenaje, sí señor.
ResponderEliminarOtra traductora.
Gracias por hablar de ellos.
ResponderEliminarIsabel
Dices: "De esa conversación quedó muy presente la personalidad, la empatía y lo importante que es tener un conocimiento profundo sobre quien es traducido por parte de los traductores; a ello hay que sumar mi expreso interés, a partir de entonces, por conocer quién traduce a quién."
ResponderEliminarPara una traductora como yo, es un pequeño triunfo para nuestro ninguneada profesión. Gracias por resaltarlo.