jueves, 10 de marzo de 2011

EL FUTURO PERFECTO ES SÓLO UN TIEMPO VERBAL (Relatos 11)

5 de febrero de 2015, me encuentro confinado en una celda de aislamiento en el campo de concentración de Castuera en España.
Tras la crisis económica de la primera década del siglo XXI, con los mercados colapsando los países, Alemania inició la III Guerra Europea en menos de un siglo. En este caso sus carros de combate fueron sus multinacionales y la invasión se inició con la absorción de bancos de los restantes países.
Como en 1940 sus ejércitos contaron, en seguida, con el gobierno colaboracionista francés y la sumisión, incondicional, de los gobiernos de España, Portugal y Grecia.
Se constituyó un Gobierno Europeo cuyos parlamentarios eran altos ejecutivos de: la banca, las farmacéuticas, las alimentarias y las fábricas de armas.
Todo ciudadano de la Nueva Europa tenía el deber de trabajar para la construcción del Gran Estado y los pobres e inmigrantes fueron recluidos en campos de concentración en España y Portugal.
Islandia fue anexionada por el método de asfixiarla económicamente y su presidente juzgado y condenado por rebelión.
No tardó en organizarse la resistencia, en este caso formada por científicos, investigadores, jubilados, trabajadores y movimientos ciudadanos y su actividad consistía en: desarrollar una economía más limitada, producir bienes a precios asequibles, investigar al margen del poder y devolver este a los ciudadanos.
La represión sistemática fue brutal y los campos de concentración y de trabajos forzados se llenaron de ciudadanos “marginados”.
Fui descubierto por la delación de un “paciente infiltrado”, fui detenido y obligado a comparecer ante un jurado compuesto por representantes de la industria farmacéutica que me condenó sin posible apelación.
Mi delito consistió en descubrir y aplicar una vacuna contra la caries.


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