Se sentía bien, acababa de llegar de trabajar, salía a las seis de la tarde, y en su casa le aguardaban su mujer y su hijo de corta edad; fuera quedaban las dificultades propias de: clientes, impagos, desfase en suministros, reclamaciones y demás, ahora estaba en su realidad.
Su realidad estaba formada por una esposa joven, como él que aún no había cumplido los treinta y seis, atractiva y amable y su hijo con tres años y una vida en perspectiva enorme. También eran parte de esa realidad su trabajo -casi mileurista- era lo que había; su coche- un utilitario que estaba pagando; su piso con una hipoteca de por vida y toda esa serie de medios que le permitían asomarse al exterior sin contaminarse: la televisión, internet, las redes sociales-ya tenía más de quinientos amigos- y el móvil de última generación.
Comentaban los sucesos del día mientras Ángela la daba la merienda a Raúl cuando un ruido ensordecedor se extendió a su alrededor y el suelo, las paredes y todo empezó a vibrar.
El televisor estalló vomitando las miles y miles de víctimas no mostradas en los edulcorados informativos, el griterío de los sin hogar y marginados se oía por el pasillo procedentes del pc, el dolor del mundo se extendía por toda la casa como una ola que amenazase toda su realidad.
Miguel sólo tuvo tiempo de arrastrar a su mujer y a su hijo fuera de la casa y ya en la calle, viendo como se desplomaba su vivienda, descubría la “realidad no virtual”
Era miércoles 11 de mayo de 2011 y Miguel vivía en Lorca.
Creo que has reflejado muy bien el drama.Uno va a su refugio, que es su hogar, después de la lucha diaria por sobrevivir, en la jungla en la que vivimos, y de repente, cuando uno no se lo espera, tu vida cambia, todo desaparece, quedando desamparado.
ResponderEliminarEs tremendo el drama de Lorca. Como cambia la vida de un día a otro, sin previo aviso.
Por eso, es importante disfrutar de lo que tenemos , de los que queremos en el presente, porque visto lo visto el futuro es incierto.
El hecho de que los personajes sobrevivan al kaos ..genial...siempre que hay vida queda esperanza...Me ha gustado tu relato¡¡
Muchas gracias por tu amable comentario y observaciones.
ResponderEliminarLos comentarios, que escasean bastante,sirven para que uno, aunque hace lo que le gusta, se sienta estimulado en hacerlo mejor.
Un saludo.