viernes, 9 de enero de 2015

A CADA CUAL LO SUYO Leonardo Sciascia (Reseñas 48)

Nacido en Racalmunto, Sicilia en 1921 y fallecido en Milán en 1989, Leonardo Sciascia ha sido el autor que mejor ha reflejado, a través de su obra, la Sicilia de sus pueblos, sus gentes, sus relaciones y silencios.
Alabado por Vázquez Montalbán, de quien aseguraba era uno de sus autores de cabecera y considerado por Andrea Camillero su mentor, Sciascia, por medio de sus novelas, ha sabido ahondar en la herida de una manera implícita; ha mostrado el contubernio de la democracia cristiana con “las familias” y la socialdemocracia en la posguerra sin esconder los distintos pactos y acuerdos entre los fascistas y democratacristianos antes y durante la II Guerra Mundial en Italia.

El retorno al poder en ayuntamientos y regiones de los “hombres de honor” de la mano de Luciano y las fuerzas de ocupación devolvió Sicilia a los silencios, sobreentendidos y relaciones de familia
.
En esta historia, el farmacéutico del pueblo, Manno, recibe un anónimo en letras recortadas de un diario: “ESTA CARTA ES UNA SENTENCIA DE MUERTE, MORIRÁS POR LO QUE HAS HECHO”.
El destinatario toma el escrito a broma, no obstante lo comenta en la tertulia y prácticamente todo el pueblo llega a conocimiento del contenido, desde el cartero al sargento de carabineros.
El cumplimiento de la amenaza se produce en una jornada de caza, en pleno agosto y junto a Manno se encuentra, desgraciadamente, el doctor Roscio, el médico del pueblo, compañero habitual de caza y en este caso víctima colateral.
Las suposiciones, comentarios y chismorreos se desatan de tal modo que hasta la honra de alguna mujer del pueblo sale salpicada injustamente; sin embargo aunque las investigaciones se dirigen  en distintas direcciones acaban en vía muerta.
Sólo un contertulio del casino, el profesor Lausana se interesa por investigar la cuestión como una manera de distraer el tiempo y ocupa el papel de aburrido protagonista.

Una novela llena de grises que contrastan poco con el negro de los lutos y de las conciencias de una sociedad que duerme.
Magistralmente escrita, con un ritmo pausado y unos personajes inimitables en la ficción, Sciascia nos deja otra muestra de su buena literatura que no precisa mucho más de un centenar de páginas para fascinarnos con su historia.

Como toda su obra, a tener en cuenta y recomendable su lectura.




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