Con “Pan, educación y libertad” 2012 Petros Márkaris
culmina, por ahora, su trilogía de la crisis que inició en 2010 por “Con el
agua al cuello”, continuó en 2011 por “Liquidación final” para más tarde
publicar la citada.
A través de la historia en que el comisario Kostas Jaritos transita, asistimos a
la descomposición en Grecia de los valores de que sus voceros alardearon
durante años y cuya destrucción se inició con las Olimpiadas y el endeudamiento
subsiguiente.
Paulatinamente vemos como: el paro aumenta; la emigración de la juventud preparada, hacia otros países más “solventes", se dispara; el
descontento social crece; los recortes, que cada vez son más profundos,
eliminan progresivamente la cobertura social de sus ciudadanos en sus variantes
de: salud, educación pensiones, etc.
Márkaris es “políticamente correcto” en sus novelas y en
ningún caso las víctimas de su trilogía son, como podría esperarse dada su
implicación y responsabilidad, los políticos; pero sí ha de investigar nuestro
comisario las planificadas y justificadas, según los homicidas, ejecuciones de
los que de un modo u otro son corresponsables de la situación (corruptos,
prevaricadores, defraudadores, banqueros…)
Toda la historia no es una novela negra amable de leer, y
digo así porque los conflictos y problemas que nos muestran las novelas negras
habituales nos parecen reales pero no tan próximos.
En la parte septentrional de Europa la trilogía sería una
ficción más; en los países meridionales (PIGS, incluyendo a Irlanda) es una
angustiosa sensación, un “dejá vu”, una aproximación tan intensa a los
problemas, carencias, manifestaciones y recortes que al lector le produce un
doloroso reconocimiento de encontrarse él mismo inmerso en esa situación.
Los personajes habituales de sus historias son retratos ya
definidos y que se van matizando cada vez más; los nuevos algo más
esquemáticos, en algún caso creados sólo para ser víctimas.
El ritmo, contenido, va dando en todo momento a través del
tráfico, la sensación de que los personajes se encuentran en un laberinto de difícil salida.
Las tramas más interesadas en contar la situación social, lo que hace que flaquee la credibilidad de la resolución de los enigmas planteados.
Especialmente sensibles los inicios de las tres novelas:“al día siguiente de casar Jaritos a su hija aparece un antiguo director
de banco decapitado” , “las cuatro ancianas suicidadas” y “el regreso al dracma, peseta y
lira”.
En resumen, se recomienda leerlos en su orden de publicación..
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