La madre y su prole llegaron al asador.
El día anterior había hecho la reserva para las dos de la tarde y su encargo estaba preparado.
Era una fecha importante, probablemente apareciese alguien próximo para la hora de la comida y quería quedase satisfecho.
Ella mostraba sumo cuidado y se defendía muy bien preparando comidas, pero para un día así prefería no “meterse en la cocina” y encargar el asado fuera.
Como otras veces, y dado que para caldo era muy buena, le habían apartado la cabeza antes de asar. Pidió que se lo trincharan, y que le pusieran suficiente salsa; de tal modo que el empleado preparó, perfectamente envasadas, las partes: los cuartos traseros, los delanteros,etc.
Al marchar todos para casa con el encargo, ella reflexionó sobre la respuesta ,esperada, de su esposo al verlos :“¡ vaya, otra vez hombre asado!” y emitió un cacareo.
¡QUÉ FUERTE!
ResponderEliminarclavedesol