En un estilo gélido, exacto, libre de florituras, con el único adorno de una completa jaculatoria que nos va abriendo las distintas puertas del horror, Schenkel consigue sobrecogernos en la descripción de un asesinato múltiple en un pueblo de la Alemania profunda, Tannöd.
Ello lo hace intercalando percepciones,visiones, conceptos y afinidades de una vecindad que cuenta, habla, dice sin querer...no olvidemos que los hechos se producen en un pequeño pueblo y todo el mundo tiene su opinión y visión de los mismos, y también todos coinciden en que “no puede haber sido nadie del pueblo”.
En el fondo se perciben como crímenes rurales, en donde el ensañamiento y los métodos revisten una crueldad primaria.
Paso a paso el lector entra en el horror ,de la mano de Andrea M. Schenkel ,y es expulsado del mismo con una parte de su inocencia, si alguna le quedaba, perdida para siempre.
Novela que en su descripción nos recuerda a Truman Capote y su “A sangre fría” y en su ejecución al “Crimen de Los Galindos”.
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