Parker es un ladrón y asesino frío, y tiene algunos fracasos en su carrera, pero es inteligente, calculador, amigo de sus amigos, correoso, terco y cuando “muerde” no abre la boca fácilmente.
Richard Stark, uno de los pseudónimos de Westlake, dió vida a Parker en varias novelas , y John Boorman utilizó a un sobrio y frío Lee Marvin en su película “A Quemarropa” (1967) para encarnarlo en la pantalla.
En esta ocasión Parker regresa, tras unas “vacaciones a cuenta del gobierno”, a un pueblo tranquilo del medio oeste ,Tyler, que se encuentra en vísperas de elecciones; “pueblo tranquilo” quiere decir que todo está instituido: el control de “los negocios” por los próceres del lugar, la corrupción como medio de conseguir los fines y la policía sometida.
Pero en Tyler tienen la desgracia de que Parker escondiese su botín allí y se haya “perdido”. La “armonía” se rompe como consecuencia de que el protagonista y su amigo Gronfield están interesados en recuperar aquello que “ no debió desaparecer”.
Con un estilo “hard boiled”, sin dar un respiro al lector, se desata una guerra cruenta entre Parker y sus amigos , por un lado, contra la organización mafiosa que controla el pueblo, en busca de aquello que nuestro protagonista considera legítimamente suyo; el huracán que pasa sobre el pueblo se salda con una resolución final impredecible que, al no poder dejar la novela, nos deja exhaustos.
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Con un humor, común a todas su obra, sarcástico y muy divertido, Westlake nos hace disfrutar de un rato excelente de lectura que hace que esta novela, de extensión convencional, se convierta en muy recomendable.
Una muestra mas de que “lo bueno si breve,doblemente bueno”
Tu comentario es breve y bueno,me lleva a la lectura inusitada del libro.
ResponderEliminarSaludos
Adrián
Gracias, Adrián por asomarte a este blog de aficionado y gracias también por dejar un comentario.
ResponderEliminarsaludos