Comedia Infantil, publicada en una colección de literatura negra contemporánea, puede ser una equivocación en su ubicación pero también una forma de descubrir al “otro Mankell”
Sin el antecedente de su residencia en la ex-colonia portuguesa no es fácil adivinar cómo un hombre del extremo Norte llega a recoger la sensibilidad del hombre de los trópicos con esa finura y cariño.
Si bien no nos encontramos con una novela “negra” ortodoxa o criminal, en lo que a género se refiere, sí estamos frente a un retrato social en que se nos muestra un continente- África- en el que sus gentes se ven obligadas a “vivir para olvidar , no para recordar”.
Si bien no nos encontramos con una novela “negra” ortodoxa o criminal, en lo que a género se refiere, sí estamos frente a un retrato social en que se nos muestra un continente- África- en el que sus gentes se ven obligadas a “vivir para olvidar , no para recordar”.
La novela fluye como una narración por parte de un solitario, José María Vaz, antiguo panadero y hoy contador de historias o, como el mismo se autodefine, “Cronista de los Vientos”; esa historia se divide en nueve noches y un alba, tiempo en que Nelio, un “niño de la calle” de la capital de un país africano, colonizado y “liberado”en continuas luchas internas, tarda en expirar como consecuencia de unos disparos.
Esa nueve noches sirven para que Nelio, a través de José María Vaz nos cuente su historia de desgracias, abusos, miserias y voluntad de salir adelante a la par que su vejez a los diez años.
La sabiduría del superviviente, la belleza de las descripciones y el ataque furibundo a todos aquellos que desde unas posiciones u otras zarandean a los habitantes de los países que tuvieron la desgracia de ser repartidos y pertenecer al tercer mundo nos van siendo mostradas con una intensidad no usual en la novelística ramplona, sentimentaloide y común que llena los escaparates.
Cooperantes, revolucionarios, imperialistas, todos son metidos en un mismo saco y vapuleados sin piedad por esa historia que José María nos cuenta para que sepamos ¿qué fue y por qué murió Nelio?
La transformación a mendigo-narrador de un buen panadero es por una razón muy sencilla, en boca del mismo José María : “es mucho más importante, para todos, darles a conocer lo que cuento que hacerles pan”.
Mankell hace una denuncia, sin concesiones, de la situación de un Continente y sus habitantes, a los que retrata a través de sus protagonistas.
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