lunes, 22 de noviembre de 2010

EL SANTO LADRÓN - Ellis Peters (Reseñas -12 )

Introducción histórica:

Entre 1139 y 1147 se localizan las historias que Ellis Peters nos cuenta sobre su protagonista Fray Cadfael, antes guerrero que fraile, quien ejerce de herborista, investigador y consejero del Abad de Shrewsbury.
La guerra civil, que asoló Inglaterra entre los años citados, enfrentó a Matilde, quien a la muerte de su padre Enrique I en 1139, ha de enfrentarse a su primo Esteban, que usurpa el trono de Enrique y recibe más aceptación popular.
Las distintas alianzas establecidas por Matilde, con Godofredo de Plantagenet, por su matrimonio, y la afección de Roberto de Gloucester, parecieron inclinar la balanza a su favor; pero el fallecimiento de este último devolvió la situación a unas tablas que la muerte de Enrique y la aceptación del hijo de Matilde como Enrique II Plantagenet dio por liquidado el litigio e Inglaterra fue unificada.

La novela :

En 1144 la Abadía de Ramsey, que había sido devastada por la guerra, es recuperada por los frailes y estos inician un recorrido en busca de recursos para que la Abadía recobre su antiguo esplendor.
Pero la llegada a Shrewsbury de fray Erluino acompañado de su séquito- un novicio y un mozo- y la estancia en la abadía de un trovador y sus servidores- una cantante tañedora y un criado- junto a la subida incontrolada de las aguas del Severn, el río que rodea al pueblo y limita con la abadía; engendran una sucesión de acontecimientos, muerte incluida, que dan lugar a las intervenciones de Fray Cadfael.
Fray Cadfael es un protagonista peculiar, sus intervenciones son puntuales y ve y deja hacer al mundo pero no por ello deja de captar los acontecimientos.
Ellis Peters aprovecha, de nuevo, la oportunidad de reflejarnos la vida medieval, simple- más no sencilla- y las distintas facetas que el hombre encierra, no tan distintas de las actuales.
No duda en hacer hincapié, como siempre, entre la separación Iglesia-Estado y el exquisito tacto manifestado en las relaciones entre ambas . No por ello la autora deja de deleitarnos con su sentido del humor, manifestado irónicamente, al analizar los comportamientos de los que ejercen el poder en uno u otro estamento.
Y en el fondo Fray Cadfael, socarrón, inteligente y ejecutor de una justicia “sui géneris” para ayudar a que la historia, con minúsculas, siga adelante.

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