viernes, 15 de octubre de 2010

ROBERTO ALCÁZAR Y PEDRÍN...OSTRAS (Cómics 1)

Ayer, paseando por Sevilla y curioseando en un kiosko me dí de bruces con una reedición de los tebeos de Roberto Alcázar y Pedrín. La nueva edición  respeta el formato de cuadernillo apaisado se vende como “edición fascimilar”, posiblemente las planchas sean las originales; pero lo que no es original es la edición en color - coloreado infame dicho sea de paso- y en tapa dura con seis tebeos por tomo.

Nacido en 1943, en plena II Guerra Mundial y en una España de posguerra y autarquía nuestro héroe resume los valores que constituyen el ideal español de la época, luchando sin cuartel, fuera de nuestro país por supuesto, contra el MAL; un mal que las policías extranjeras no pueden erradicar y han de recurrir a nuestro valiente periodista- así aparece en su primer episodio- quien siempre aporta la compañía de su fiel y simpático ayudante, sicario, subordinado Pedrín y va "desinfectado el mundo de malhechores".

Roberto Alcázar es el prototipo de caballero español, elegante, siempre con corbata, cuidadoso en su lenguaje y atuendo y Pedrín es de baja extracción, de ahí sus expresiones algo fuera de tono.
Con un dibujo esquemático y deprimente, unos fondos casi inexistentes y un maniqueismo de imágenes e ideas totalmente infantil- todos los “buenos” son apuestos, los “malos” tiene mal aspecto, llevan barbas, bigotes extraños, cabezas rapadas o no son occidentales- las historias nos hicieron recorrer el mundo venciendo a la ciencia representada por “sabios locos” y a todo criminal que quería “adueñarse del mundo”; resaltando siempre que “el criminal nunca gana”.
En un mundo en que las mujeres aparecen de manera tangencial, y sólo para "ser salvadas"de asechanzas nuestro personaje y escudero no dudan en engañar, golpear, torturar y saltarse cualquier tipo de ley, que dicen defender, con objeto de traer al “buen camino” al sinfín de facinerosos que aparecen como hongos, sin saber por qué ni de dónde. La enorme producción de una aventura a la semana obligaba a un sobrehumano esfuerzo de inventar malvados; las historias sobrevivieron hasta 1976...sobrepasando los 1500 episodios.
Leíamos sus historias con fruición, defendían los valores que había que defender, y tenían la ventaja de que sus cuadernillos eran “una aventura completa” , no teniendo que esperar a la semana siguiente para conocer qué nos reservaba el ...continuará y... se leían del tirón.

Lo malo es que aún hay muchos que creen que estamos, todavía, en los tiempos de Roberto Alcázar y Pedrín.

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