En Catedral, Carver toma el testigo de los grandes autores norteamericanos de relatos, desde Poe, Bierce, Hawthorne, James, pasando por Faulkner, Hemingway, etc siendo sus narraciones sobre personajes comunes, hechos cotidianos y, sobre todo, sobre cuestiones y problemas del día a día.
Pero sus personajes no son tan corrientes, salvo que asignemos esa expresión a :alcohólicos, drogadictos en período de desintoxicación, familias desestructuradas o afectados sobre hechos que los conmocionan.
Tampoco se refiere, en sus historias, a sucesos extraordinarios sino vividos como consecuencia de la crisis de los años sesenta y setenta en su país.
Son dignos de mención el relato sobre el pastel de cumpleaños y el que da título al libro; siendo este último de una poesía indudable.
Carver es un buen escritor, sucinto, claro y directo con un uso del lenguaje más que bello y certero. Simplemente sus relatos ,todos, tienen un poso de desesperanza, reflejo del pesimismo de una sociedad herida en sus valores y orgullo.
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